Hoy vamos a ver los problemas de visión en niños con Síndrome de Down más comunes y por qué rehabilitar estas dificultades puede ayudarles… ¡Comenzamos!

Hay algo que tenemos claro, según dicen los estudios científicos, la prevalencia e incidencia de problemas de visión en niños con Síndrome de Down es mucho mayor. Tenemos que estar mucho más alerta. 

¿Y qué problemas son estos? Los hablamos. 

En primer lugar, debemos hacer cuanto antes un estudio de la graduación.

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Se ha demostrado que las personas con Síndrome de Down tienen más posibilidades de sufrir miopía, hipermetropía o astigmatismo y esto puede afectar a la atención visual de un niño.

Es fácil de entender, si un niño ve borroso en lejos sea la pizarra o cualquier otro objeto o ve borroso en cerca, lógicamente su atención visual va a ser más difícil y le va a costar mucho más hacer la tarea.

En segundo lugar, el estrabismo, es decir, la desviación hacia adentro, hacia afuera, hacia arriba o hacia abajo de uno de los dos ojos, es otro de los problemas de visión en niños con Síndrome de Down más frecuentes de lo normal. 

Esta desviación puede causar también ojo vago. ¿Por qué? Piensa que cuando un ojo se desvía, el cerebro tiende a anular ese ojo y, por lo tanto, ese ojo va perdiendo visión y convirtiéndose en un ojo vago. 

Y por esa misma razón, relacionado con el punto de antes, la agudeza visual de estos pacientes con su graduación suele ser inferior a lo esperado. Esto quiere decir que incluso cuando los niños con Síndrome de Down llevan sus gafas, su cantidad de vista pueden tener menos del 100% de vista.

Otro de los problemas visuales más frecuentes es el nistagmo. ¿De qué se trata? 

De un movimiento constante e involuntario de los ojos. Esto puede ocasionar dificultades como hipersensibilidad a la luz o problemas posturales (tortícolis) y otros problemas visuales que hablaremos en otro vídeo sobre este nistagmo.

Existen otras alteraciones visuales como la dificultad para enfocar en cerca, pero quería centrarme en qué debemos hacer para detectar estos problemas visuales, cómo podemos ayudar a los niños con Síndrome de Down los profesionales de la visión. Cuatro pasos:

Sí, debemos hacer una evaluación visual lo antes posible y muchos me preguntáis a qué edad. En bebés, incluso de recién nacidos, se puede hacer un examen visual con pruebas objetivas. Esto es fundamental porque se pueden detectar y prevenir pruebas visuales como el ojo vago que hemos hablado antes.

Por la incidencia de miopía e hipermetropía en Síndrome de Down, es muy posible que se precisen gafas y cuanto antes las prescribamos, mucho mejor. 

Como hemos dicho, la visión es fundamental, es el 80% de la información que recibimos. Si un niño no ve bien de lejos o de cerca, será mucho más difícil que realice una tarea.

En ciertos casos, sí debemos rehabilitar la visión de ese niño 

¿Y qué es esto de la rehabilitación? Se trata de mejorar, mediante ejercicios individualizados y personalizados, problemas visuales que las gafas u otros tratamientos no pueden mejorar como por ejemplo ciertos estrabismos u ojos vagos pero además, podemos ayudar a que los niños con Síndrome de Down procesen mucho mejor y más rápido la información visual que le llega y eso es fundamental, procedimientos de percepción visual. 

Y por último, tenemos que hacer revisiones visuales periódicamente. 

Así es, muchos padres piensan que con una revisión en toda la infancia es suficiente… no es así. La visión es un sentido que se va desarrollando con los años, que va sufriendo cambios y tenemos que saber cómo se van produciendo esos cambios. 

Recomendamos hacer una revisión anual para detectar estos problemas visuales en niños con Síndrome de Down. 

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